Me gusta mezclar lo cotidiano con lo inesperado. Envolver objetos con macramé, transformar lo ordinario en algo que habla de mí.

Cada nudo, cada hilo entrelazado es un diálogo con mi propia historia. A veces, cubro lo que quiero proteger; otras, revelo lo que necesito mirar con nuevos ojos.

En este proceso, descubro que lo que toco me transforma tanto como yo lo transformo. Porque crear no es solo cambiar la forma de un objeto, sino permitir que su presencia me cuente algo sobre mi propia esencia.

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